Esta técnica combina empatía, creatividad y racionalidad con el objetivo de cubrir las necesidades de la gente por medio de tecnologías viables y a través de una estrategia empresarial. Muy habitual en la Ingeniería de Diseño, el Design Thinking busca dar solución a los problemas, analizándolos y desarrollando ideas para resolverlos.
Objetivo: una solución para cada necesidad
En el caso del ITA, fueron 256 los participantes que se atrevieron con el reto e intentaron dar respuesta a la pregunta planteada, buscando necesidades o, incluso, creándolas, para posteriormente ofrecer una solución general a ellas.
El Edificio Betancourt del Campus Río Ebro se llenó de actividad desde las 9 de la mañana del pasado jueves, 22 de mayo. A lo largo de ese día, 58 equipos (con una media de cuatro integrantes) dieron rienda suelta a su creatividad, aprovechando las sinergias y la colaboración entre estudiantes de diferentes ramas para generar ideas que, de manera individual, nunca habrían surgido.
Tecnología puntera a modo de inspiración:
Varios profesionales del ITA, expertos en Design Thinking, orientaban a los estudiantes, quienes contaron también con tres estaciones de inspiración, en las que probar lo último en innovación:
Oculus Rift:
Foto: ITA
Unas gafas de realidad virtual, con pantalla móvil y 9 cámaras, que detectan el movimiento de la cabeza para una mejor simulación.
Eye Tracker:
Foto: ITA
Una herramienta para seguimiento del ojo, muy utilizada en estrategias de marketing. Permite elaborar mapas de color y controlar la visualización de anuncios, para saber dónde miran los usuarios. Muy útil en diseño web para detectar fallos y deficiencias.
Dron:
Foto: ITA
Un vehículo aéreo de cuatro motores que vuela sin tripulación y podía ser controlado con los movimientos de la mano. Imita tu posición y cuenta con una cámara HP para grabar.
Innovación para la seguridad
¿El resultado? Multitud de propuestas en torno a la ciudad, de las que solo cinco se clasificaron para la final que tuvo lugar el 24 de mayo, en la que estaban en juego 3.000 euros para ayudar a la formación del equipo ganador.
Éste, con el nombre de YGGDRASIL, estuvo formado íntegramente por estudiantes de Ingeniería de Diseño y su propuesta giró en torno a conseguir mayor seguridad en nuestras calles. Su idea se basó en el uso de la ciudad como interfaz, a través de sensores de las trayectorias que siguen las personas y que detectan comportamientos conflictivos, activando sistemas de prevención si es necesario.