Y es que está claro que los hombres y las mujeres son dos polos opuestos y, en cuanto a intereses y rutinas en internet, también lo son.
Mientras ellos optan por sitios relacionados con tecnología y portales profesionales, como por ejemplo LinkedIn, ellas prefieren acceder a sitios sociales, donde compartir sus momentos especiales, como por ejemplo Facebook o Twitter.
Este dato revela una disminución de la brecha digital en cuestiones de género aunque todavía queda mucho por hacer para subsanar la diferencia por edad y situación económica.
De hecho, los usuarios de 55 años en adelante están por debajo de la media y el desfase se acentúa entre los que rebasan los 65 años: sólo el 34% entra a la red. Los millenials compensan la situación ya que el 90% de la población menor de 34 años entra habitualmente a internet.
Desde el EGM se apunta al coste económico como principal razón de esta desigualdad. Prueba de ello es que los individuos que tienen menores ingresos son los que menos acceso tienen a la red.