La propuesta de Quelinka partió de la combinación de una iluminación clara con los colores blanco, azul y marrón que identifican a la marca. Con una estética tradicional, se logró ambientar un comercio acogedor pero funcional, con una buena visibilidad y una presentación de los productos muy cercana al cliente, teniendo siempre en cuenta la utilización de materiales adecuados para la exposición de alimentos.
Y todo ello presidido por cartelería alusiva a especialidades de elaboración artesanal y un mural con una ilustración protagonizada por una vaca, un cerdo, un cordero y una oca, animales que evocan el origen de la producción de Melsa.