La publicidad está llena de matices y detalles que se nos escapan y muchas agencias de diseño gráfico, más allá de crear diferentes campañas para despertarnos esa necesidad para que compremos un producto o servicio -que también- hacen que muchas veces la publicidad se convierta en un arte que no siempre está reconocido.
Detrás de cualquier anuncio, cartel o cuña hay un afán por conquistar al público a través de una idea original a la par que divertida, ayudando así a que el público retenga a toda costa el concepto que la marca destaca.
Además de la idea de compra y venta que la publicidad pretende, también destaca por el gran número de figuras retóricas que esconde: antítesis, elipsis, eufemismos o sarcasmos son algunas de las más utilizadas.
Prosopopeya
Esta figura retórica destaca por darle características de ser humano a elementos abstractos, cosas o animales.
Metáfora
Consiste en poner en relación un concepto real con otro imaginario, transmitiendo una idea compleja de un modo más sencillo.
Hipérbole
La idea es simple: exagerar la realidad hasta tal punto que puede resultar imposible.
Metonimia
Nombrar a una cosa por el nombre de otro, cambiando un término por el otro. Es decir, tienen el mismo nombre, pero se diferencian en función del contexto.
Eufemismo
Sustituir una expresión o una palabra mal sonante por otra que ejemplifique la misma situación, pero de un modo más suave.
Onomatopeya
Reemplazar la palabra por el sonido que hace ésta.
Elipsis
Omitir una palabra o concepto clave del contexto, pero a pesar de ello, se entiende perfectamente la frase o el anuncio.
Sarcasmo
En esta figura retórica en donde el humor mordaz y la crítica son los protagonistas.
Oxímoron
Pone en relación dos términos contrarios y esta unión da lugar a un nuevo concepto.