Ahora leemos en multitud de posts lo importante que es el inbound marketing para conseguir más engagement. Debemos obtener un return on investment alto para que el cliente esté contento. El search engine optimization es fundamental si queremos que nuestro blog tenga un buen ranking en las búsquedas de Google. Que con un buen community manager y un social media manager nuestras estrategias en redes sociales se centrarán en el target adecuado tal como plasmamos en el briefing. Si hablamos branding, apps, claims, copys, call to action o slogans publicitarios, el inglés prácticamente se convierte en primera lengua. El español se queda arrinconado por parte de agencias y profesionales, que parece acomplejadas en el momento de usarlo a pesar de ser un idioma que cuenta con más de 500 millones de hablantes. Da la sensación que si lo decimos en inglés suena más cool, es trendy y estamos en el top de los que más controlan siendo aún más pro e influencers en nuestras disciplinas. Hay quien opina que el exceso de anglicismos no es más que postureo.
Uno de los últimos ejemplos de anglificación es la implantación de la nueva imagen de Los 40, la veterana cadena de radio musical que este año cumple 50 años. Despojada del “Principales” y acompañando a la nueva cara de la marca audiovisual, ahora hay un claim en inglés “Music Inspires Life”. Una plataforma de entretenimiento presente en 11 países opta por el inglés para esta nueva andadura, a pesar de que la mayoría de sus seguidores son hispanohablantes.
La RAE actúa contra los anglicismos
A estas alturas, a nadie le extrañará que esta avalancha de términos en inglés no es del agrado de los académicos de la RAE que limpian, fijan y dan esplendor a la lengua castellana. Como consecuencia de esto, la Real Academia de la Lengua junto a la Academia de la Publicidad han lanzado una original campaña que pone el foco en el abuso que se hace de los anglicismos en el sector publicitario y marketero. Bajo el nombre “¿Se habla español en la publicidad?”, ambas instituciones usan la ironía para criticar y señalar el uso excesivo del inglés al realizar anuncios publicitarios simplemente porque suena bien. Tanto desde la RAE como de la Academia de la Publicidad quieren concienciar a agencias y al público en general del uso desmedido de anglicismos que nos bombardea a diario.